Diario de la crisis del "Liberation Day"
Notas sobre las consecuencias de las medidas proteccionistas de Donald Trump
Hace unos días el economista Paul Krugman decía: “llevamos 3 años de presidencia de Donald Trump (si, son tres meses, pero se han hecho larguísimos)". Esto refleja muy bien la sensación de como han sucedido muchas cosas en materia económica. Todas a la vez. Y nadie, absolutamente nadie, ha tenido tiempo para digerirlas.
Estoy tomando notas día a día de lo que sucede en los mercados internacionales y quiero compartirlas en este pequeño espacio. También estoy abierto a preguntas - que podéis escribir en los comentarios -, que intentaré responder lo más bien posible. Incluso, si es necesario, en un nuevo post.
A fecha de hoy, lunes 7 de abril de 2025, estos son algunos de los conceptos que quiero resaltar de todas las repercusiones del Liberation Day:
Renegociación. La imposición de aranceles (tariffs) por parte de la administración Trump no es algo fijo, sino que dejó la puerta abierta a la flexibilidad. Siempre y cuando las contrapartes quieran negociar. Pero el punto de partida ya es de por sí muy malo, pues estamos todos castigados por comerciar con Estados Unidos. De hecho, es la retórica que le consiguió alcanzar el cargo. Trump convenció a sus electores que su país va mal porqué (1) hay gente que viene de fuera y les roba el trabajo y (2) el resto del mundo los estafa.
Medidas post-depresión. Herbert Hoover tiró de la misma retórica en 1930, para paliar los efectos de la burbuja económica y bursátil que culminó en el crash del 29. Para enderezar la situación, el entonces presidente optó por incrementar el control de la inmigración y aprobar la Smoot-Hawley Tariff Act, que suponía el incremento de aranceles con todo el mundo, iniciando así una guerra comercial. Fue el principio de un tremendo trenecillo de medidas absurdas que llevaron el país a la gran depresión de los años 30.
La voz del inversor. Gestores de hedge funds como Bill Ackman, este fin de semana opinaron abiertamente en las redes acerca de la política de Trump y le pidieron que aflojara un poco. Aunque algunos de ellos, fueron los mismos que lo apoyaron para que llegara a la Casa Blanca. No sé qué esperaban de él. Pero será difícil - sino imposible - ver a Donald entonar un mea culpa, retroceder y decirle al mundo que se ha pasado. Y, mucho menos, admitir que se ha equivocado.
La bolsa no está más barata. Hoy he oído un profesional en televisión que comentaba que la caída de las bolsas que sucedió al Liberation Day “estaba prevista”, porqué los “precios de las acciones estaban muy caras”. Con este argumento, el mismo personaje animaba a invertir, pues ahora venía la subida. Que raro que este tipejo no saliera a principios de año, animando a la gente a vender, ya que estaba todo tan caro…
En mi opinión, las bolsas no saben dónde van. Si van a subir o van a bajar la semana que viene. Aunque lo que si tienen en cuenta es el cambio de escenario, en el que los mercados internacionales se han vuelto más hostiles. Si una compañía intercambia bienes y productos con agentes externos, es susceptible de producir con mayores costes. Esto se traduce en menos beneficios y, ergo, justifica una cotización menor. No está barata, sino que el precio se ha adaptado al nuevo panorama.
El mundo se ha vuelto un poco más impredecible de lo que ya era hace unos meses. La cuestión es qué cartas van a jugar el resto de participantes. Hace unos días, todos los líderes políticos salieron con medidas precipitadas, buenas palabras y la clara intención de dialogar con Trump.
Con cada día que pasa, el diálogo se vuelve más complicado, porqué el socio americano es intratable. Primero pega y después te obliga a pedirle perdón.
Feliz lunes!